sábado, 12 de septiembre de 2020

Otra victoria así y estamos perdidos, de Ana María Montenegro. Nuestro drama político



Otra victoria así y estamos perdidos es una instalación artística de Ana María Montenegro, con la participación de Marcia Cabrera y Vladimir Giraldo, que desde el 3 de septiembre se encuentra emplazada en el Espacio Odeón de Bogotá. Difícil imaginar un mejor lugar para una obra que amalgama múltiples referencias al cine y al teatro, superpuestas a tiempos, personajes y acontecimientos históricos de los últimos 105 años de la historia de Colombia. El Espacio Odeón está ubicado en lo que desde la década de 1940 fue el Cinema Odeón; el edificio, tres décadas después, se convertiría en la sede de unos de los proyectos artísticos más importantes que tuvo el país: el Teatro Popular de Bogotá, liderado por Jorge Alí Triana, y por donde pasaron actores esenciales -y trágicos- de nuestra tradición dramática como Jorge Emilio Salazar y Luis Fernando Montoya.

 

La exposición de Montenegro parte del mito fundacional del cine colombiano y de la relación de este con lo real: la desaparecida película El drama del 15 de octubre, producida por la SICLA en 1915, un año después del asesinato del líder liberal Rafael Uribe Uribe. La inexistencia de datos precisos sobre la duración, el género y la narrativa de la película dirigida por Vincenzo Di Domenico permite que se instale la ficción sobre el signo vacío o proscrito que es la película, de la cual lo que sí se sabe es que provocó la indignación de muchos espectadores y de buena parte del poder cultural, político y económico de su tiempo. A su vez, Montenegro, basada en la amplia literatura sociológica sobre el cine silente colombiano y sus vínculos con otros espectáculos, reflexiona sobre el sentido del teatro, la escena, la actuación y, ante todo, el solapamiento del autor intelectual de un hecho en el exceso de visibilidad del autor material.

 

La artista construye, sobre el vacío mencionado (que recientemente ha motivado otros proyectos artísticos como Emús en la zona de Rey Migas -Mario Garzón- e incluso una deriva especulativa que aparece en la novela La forma de las ruinas de Juan Gabriel Vásquez), un archivo nuevo y abierto que se completa con un proyecto de militancia política, cargado de urgencia, en torno a una pregunta: ¿quiénes son? Esta es tomada del título del libro* de un abogado, Marco Tulio Anzola Samper, contratado por la familia del general Uribe Uribe para contradecir el informe del ministerio público que consideró que los artesanos Galarza y Carvajal habían actuado motu proprio en el crimen del por entonces senador liberal, ocurrido el 15 de octubre de 1914 en una calle adyacente al Capitolio Nacional, en Bogotá.


EMÚS EN LA ZONA

 https://revistablast.com/opiniones/intervenciones-en-la-historia/

  

Esa pregunta sobre quiénes fueron los asesinos intelectuales del general Uribe Uribe tiene resonancias y ecos, dentro de la propia obra, con el presente. ¿Quiénes son los asesinos de los líderes sociales y los ex-combatientes de las Farc? ¿De Jorge Eliécer Gaitán, Bernardo Jaramillo Ossa, Jaime Garzón, María del Pilar Hurtado? Gaitán fue asesinado a la 1:00 pm, Uribe Uribe a la 1:15 pm, Jaramillo Ossa a las 8:30 am, Garzón a las 6:00 am, Hurtado a las 7:00 am. Por qué estos crímenes se cometieron a la luz del día, se pregunta Montenegro. ¿Se buscó así garantizar que el exceso de ojos y de testigos sobre los autores materiales nublara la pregunta sobre quiénes dieron la orden del asesinato?


¿QUIÉNES SON? 

https://www.banrepcultural.org/biblioteca-virtual/credencial-historia/numero-180/quienes-fueron


Cuál es el uso político de la indignación colectiva, me pregunto yo, a la luz de los acontecimientos de esta segunda semana de septiembre de 2020 en Colombia. ¿Por qué el teatro del crimen del abogado Javier Ordóñez parecía tan cuidadosamente planeado para -a pesar de que ocurrió de noche- facilitar el trabajo de quién lo registró y denunció? ¿Por qué el régimen mata, en los dos días siguientes, al calor de los acontecimientos, a 13 manifestantes a la vista de todos, para que crezca como espuma nuestra indignación, la misma que hace 105 años obnubiló a los exaltados espectadores de la película de los Di Domenico cuando vieron aparecer a los artesanos Galarza y Carvajal y los reconocieron como los asesinos del general Uribe Uribe?

  

¿Quiénes son, en fin, los autores intelectuales de la muerte de las 14 personas asesinadas esta semana en las calles del país, convertidas en boulevard del crimen, en teatro donde unos muy malos actores -los policías- ponen su cuerpo como asesinos para encubrir el trabajo de los otros ejecutores detrás de la escena? Y ¿qué papel cumplen otros chivos expiatorios, aquellos que como Uribe Uribe hace un siglo o como Gustavo Petro hoy, son acusados de instigar al pueblo a ser "carne de cañón" y calificados como políticos que no merecen existir y que es legítimo matar (y detrás de ellos a cualquiera que el régimen considere un estorbo para la perpetuación del statu quo).

  

Esta obra vertiginosa, cuyo título es un comentario irónico a un exaltado discurso de Uribe Uribe al final de la Guerra de los Mil Días, y en el cual anunciaba el fin del sectarismo político y la superación del "sport de la guerra" civil permanente que desangró a Colombia en el siglo diecinueve, continúa una interrogación que, con acentos distintos, ya estaba también en el documental Pirotecnia de los hermanos Federico y Jerónimo Atehortúa Arteaga. Las preguntas por la simulación, por la mentira política, por la imagen como coartada de lo real, se pronuncian en el trabajo de Montenegro con una lucidez abrumadora, que no cejan la energía para intervenir en el espacio social a través del mencionado proyecto de urgencia política que complementa la obra. Una parte de esta se emplaza en el lugar mismo donde antes se proyectaban películas; en otro espacio las paredes se cubren con derechos de petición presentados a la Fiscalía, que indagan acerca del estado de los procesos judiciales por los crímenes de los líderes sociales; en otro más vemos una puesta en escena de la indagatoria a los autores materiales del crimen de Uribe Uribe, interpretados por una "muy mala actriz".


PIROTECNIA

https://www.youtube.com/watch?v=qHVSbegU75Y

  

Los dos lados de la pantalla, como evocación de ese ritual que según las crónicas de la época ocurría en el salón Olympia, donde unos espectadores pagaban más y veían el derecho de las imágenes y otros que pagaban menos veían su envés, reviven como un teatro social y político que concierne al aquí y al ahora, a la pantalla interrogada por un espectador activo que utópicamente debería dejar de decir: "esos son los culpables" (ya se trate de Galarza y Carvajal, de Roa o de los policías) y seguir preguntando, como Anzola Samper hace un siglo, "quiénes (más) son (los responsables)".


*El título del libro, publicado en 1917, es Asesinato del general Uribe Uribe. ¿Quiénes son?

**En el formulario encontrarán todas las fechas, horarios y cupos disponibles y podrán inscribirse para asistir a las funciones presenciales, los jueves, sábados y domingos hasta el 4 de octubre: https://forms.gle/GMs3CHETAsaTbkfk8