A través de su página en Facebook, el director colombiano Lisandro Duque Naranjo, renunció a su participación como jurado en el Concurso de Televisión del 51 Festival de Cine de Cartagena, próximo a realizarse. Horas después aceptó reintegrarse.
Transcribo aquí las palabras iniciales y la retractación de Lisandro Duque, que mantienen el tono de lo que ha sido su participación pública en los debates del cine colombiano reciente, siempre blindándose en supuestos privilegios adquiridos por su carrera y edad, que la discutible calidad de películas suyas como Los actores del conflicto dejan sin piso o justificación. Duque Naranjo ha promovido la creación de una categoría de óperas mayores en las convocatorias del FDC, que estaría destinada a premiar a directores con trayectoria, y ha demostrado poca generosidad con los realizadores jóvenes.
Los argumentos que expresó en la primera misiva pública fueron además de todo inexactos. La retractación, cuando se entera de las cifras en disputa para la competencia de películas colombianas, donde un nuevo filme suyo cabría, parece demostrar claramente qué es lo que tan aguerridamente defiende Lisandro.
El Festival de Cartagena, al cerrar su competencia iberoamericana a la primera, segunda o tercera película de un director, tomó una decisión con total independencia y a mi parecer con criterio acertado, reconociendo las tendencias del cine mundial y las posibilidades de maniobra de su gestión de películas, que desde luego no son infinitas. Pero no está cerrando la participación de la cuarta, quinta o sexta película de un director en secciones alternas a la oficial iberoamericana, como Lisandro mismo reconoce en su retractación. Simplemente, en todo su derecho, Cartagena le está dando un perfil a su competencia principal.
La decisión de Lisandro Duque merece todo el respeto, pero en mi caso, la misma -es decir muy poca- solidaridad que él expresa por las nuevas generaciones. Una actitud poco conveniente en quien es director de la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas de Colombia, y uno de los gestores del nuevo programa de cine de la Universidad Central.
También pueden ver la declaración de Duque Naranjo directamente en Facebook:
http://www.facebook.com/notes/lisandro-duque-naranjo/renuncia-de-un-jurado-del-festival-de-cartagena/122207671185087
Primera misiva de Lisandro Duque Naranjo al Festival de Cartagena:
A manera de introducción de un debate público que pretendo profundizar próximamente, comparto con la red facebook este mensaje que les envié a los jurados del concurso de televisión del 51 Festival de Cine de Cartagena. Mis compañeros y compañeras de jurado fueron: Florence Thomas, Paola Villamarín, Sara Araújo, Maribel Abello, Alberto Salcedo.
Queridos Manuel Lozano, Jennifer Saldarriaga y miembros del jurado de televisión del Festival de Cine de Cartagena: reciban mi atento saludo. Con la presente, les informo que renuncio a mi condición de miembro del jurado que compartí con ustedes. El motivo no es otro que la decisión del Festival de Cine de Cartagena de comenzar a admitir en ese evento, en su parte cinematográfica, solamente operas primas o máximo hasta la tercera película de los realizadores participantes. A mi juicio, esa nueva orientación del festival constituye una exclusión contra quienes, a lo largo de la existencia del certamen, hemos tenido el honor y el placer de exhibir nuestras películas ante el público cartagenero, y en gran parte, a causa de los estímulos obtenidos allí, haber tenido el privilegio de llegar a una cuarta, o quinta, o más películas. Eso es arbitrario. En mi caso, siento que el festival le cierra las puertas a una posible sexta película de mi autoría, y desde luego al resto de cineastas, colombianos e iberoamericanos, que por haber pasado ya de nuestra tercera película no clasificamos para ofrecerles nuestras obras al público de la hospitalaria ciudad.
Tengo muchos más argumentos para exponer al respecto, pero prefiero exonerarlos a ustedes de tenerlos que leer por el momento. Sé que un grupo humano y profesional, tan competente como el que ustedes conforman, entenderá que no me queda bien participar de un jurado, en cualquier modalidad, cuando pretendo ampliar en los próximos días mis argumentos cuestionando la inaceptable determinación de las autoridades del FICCI. Un abrazo, y fue un placer la encerrona deliberativa que compartí a su lado el pasado fin de semana. Aprendí mucho del talento y la responsabilidad que ustedes prodigaron en esas reuniones. En cuanto a Manuel y Jennifer, gracias por la eficiencia y lujo de trabajo con que cumplieron su gestión coordinadora. Atento saludo, Lisandro Duque Naranjo.
Retractación de Lisandro Duque Naranjo:
Transcribo aquí las palabras iniciales y la retractación de Lisandro Duque, que mantienen el tono de lo que ha sido su participación pública en los debates del cine colombiano reciente, siempre blindándose en supuestos privilegios adquiridos por su carrera y edad, que la discutible calidad de películas suyas como Los actores del conflicto dejan sin piso o justificación. Duque Naranjo ha promovido la creación de una categoría de óperas mayores en las convocatorias del FDC, que estaría destinada a premiar a directores con trayectoria, y ha demostrado poca generosidad con los realizadores jóvenes.
Los argumentos que expresó en la primera misiva pública fueron además de todo inexactos. La retractación, cuando se entera de las cifras en disputa para la competencia de películas colombianas, donde un nuevo filme suyo cabría, parece demostrar claramente qué es lo que tan aguerridamente defiende Lisandro.
El Festival de Cartagena, al cerrar su competencia iberoamericana a la primera, segunda o tercera película de un director, tomó una decisión con total independencia y a mi parecer con criterio acertado, reconociendo las tendencias del cine mundial y las posibilidades de maniobra de su gestión de películas, que desde luego no son infinitas. Pero no está cerrando la participación de la cuarta, quinta o sexta película de un director en secciones alternas a la oficial iberoamericana, como Lisandro mismo reconoce en su retractación. Simplemente, en todo su derecho, Cartagena le está dando un perfil a su competencia principal.
La decisión de Lisandro Duque merece todo el respeto, pero en mi caso, la misma -es decir muy poca- solidaridad que él expresa por las nuevas generaciones. Una actitud poco conveniente en quien es director de la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas de Colombia, y uno de los gestores del nuevo programa de cine de la Universidad Central.
También pueden ver la declaración de Duque Naranjo directamente en Facebook:
http://www.facebook.com/notes/lisandro-duque-naranjo/renuncia-de-un-jurado-del-festival-de-cartagena/122207671185087
Primera misiva de Lisandro Duque Naranjo al Festival de Cartagena:
A manera de introducción de un debate público que pretendo profundizar próximamente, comparto con la red facebook este mensaje que les envié a los jurados del concurso de televisión del 51 Festival de Cine de Cartagena. Mis compañeros y compañeras de jurado fueron: Florence Thomas, Paola Villamarín, Sara Araújo, Maribel Abello, Alberto Salcedo.
Queridos Manuel Lozano, Jennifer Saldarriaga y miembros del jurado de televisión del Festival de Cine de Cartagena: reciban mi atento saludo. Con la presente, les informo que renuncio a mi condición de miembro del jurado que compartí con ustedes. El motivo no es otro que la decisión del Festival de Cine de Cartagena de comenzar a admitir en ese evento, en su parte cinematográfica, solamente operas primas o máximo hasta la tercera película de los realizadores participantes. A mi juicio, esa nueva orientación del festival constituye una exclusión contra quienes, a lo largo de la existencia del certamen, hemos tenido el honor y el placer de exhibir nuestras películas ante el público cartagenero, y en gran parte, a causa de los estímulos obtenidos allí, haber tenido el privilegio de llegar a una cuarta, o quinta, o más películas. Eso es arbitrario. En mi caso, siento que el festival le cierra las puertas a una posible sexta película de mi autoría, y desde luego al resto de cineastas, colombianos e iberoamericanos, que por haber pasado ya de nuestra tercera película no clasificamos para ofrecerles nuestras obras al público de la hospitalaria ciudad.
Tengo muchos más argumentos para exponer al respecto, pero prefiero exonerarlos a ustedes de tenerlos que leer por el momento. Sé que un grupo humano y profesional, tan competente como el que ustedes conforman, entenderá que no me queda bien participar de un jurado, en cualquier modalidad, cuando pretendo ampliar en los próximos días mis argumentos cuestionando la inaceptable determinación de las autoridades del FICCI. Un abrazo, y fue un placer la encerrona deliberativa que compartí a su lado el pasado fin de semana. Aprendí mucho del talento y la responsabilidad que ustedes prodigaron en esas reuniones. En cuanto a Manuel y Jennifer, gracias por la eficiencia y lujo de trabajo con que cumplieron su gestión coordinadora. Atento saludo, Lisandro Duque Naranjo.
Retractación de Lisandro Duque Naranjo:
Por haber publicado en esta red mi renuncia al jurado de televisión del Festival de Cine de Cartagena, motivada en el hecho de que la muestra oficial de cine solo aceptará directores de máximo tres películas –es decir, un festival de casi óperas primas–, me siento en el deber de darle continuidad pública a las informaciones que se desprendan de mi decisión.
Fui llamado por la directora del Festival, y por la gerente del mismo –Mónika Wagenberg y Lina Rodriguez, respectivamente–, quienes me ratificaron que en efecto la competencia oficial tendrá esa característica que motivó mi protesta. Sin embargo, a manera de atenuante, ambas me pusieron al tanto del tratamiento que recibirán el resto de películas colombianas, independientemente del número de obras que tengan en su haber sus respectivos directores.
Al efecto, Mónika Wagenberg me dijo que las películas que comparezcan a la Muestra “Colombia al 100%”, serán exhibidas en el Centro de Convenciones –si constituyen estrenos, por supuesto–, en horarios importantes. Y que todas serán juzgadas por un jurado especial, concediéndosele a la ganadora un premio de veinticinco mil dólares.
Aunque sigo en desacuerdo con que el concurso iberoamericano se restrinja a directores que no excedan de su tercera película, les reconozco a las nuevas directivas del Festival su ánimo abierto al debate.
En este momento, y siempre y cuando la comunidad fílmica colombiana se manifieste a través de esta red, o se invente otras, aspiro a que el debate desborde mi modesta condición individual. Cualquier discrepancia, sea respecto a mi criterio o al del Festival, enriquecerá el horizonte de nuestra cinematografía.
Mientras tanto, y sin prescindir de las objeciones que he expresado, acepto la solicitud de la dirección del festival de que continúe como jurado en el área de Televisión del Festival. Ser jurado no me obliga a ser indiferente ni acrítico.
Lisandro Duque Naranjo.
Fui llamado por la directora del Festival, y por la gerente del mismo –Mónika Wagenberg y Lina Rodriguez, respectivamente–, quienes me ratificaron que en efecto la competencia oficial tendrá esa característica que motivó mi protesta. Sin embargo, a manera de atenuante, ambas me pusieron al tanto del tratamiento que recibirán el resto de películas colombianas, independientemente del número de obras que tengan en su haber sus respectivos directores.
Al efecto, Mónika Wagenberg me dijo que las películas que comparezcan a la Muestra “Colombia al 100%”, serán exhibidas en el Centro de Convenciones –si constituyen estrenos, por supuesto–, en horarios importantes. Y que todas serán juzgadas por un jurado especial, concediéndosele a la ganadora un premio de veinticinco mil dólares.
Aunque sigo en desacuerdo con que el concurso iberoamericano se restrinja a directores que no excedan de su tercera película, les reconozco a las nuevas directivas del Festival su ánimo abierto al debate.
En este momento, y siempre y cuando la comunidad fílmica colombiana se manifieste a través de esta red, o se invente otras, aspiro a que el debate desborde mi modesta condición individual. Cualquier discrepancia, sea respecto a mi criterio o al del Festival, enriquecerá el horizonte de nuestra cinematografía.
Mientras tanto, y sin prescindir de las objeciones que he expresado, acepto la solicitud de la dirección del festival de que continúe como jurado en el área de Televisión del Festival. Ser jurado no me obliga a ser indiferente ni acrítico.
Lisandro Duque Naranjo.
7 comentarios:
Totalmente de acuerdo con tu apreciación, estimado Pedro Adrián, el Festival tomó una decisión acertada en un país en el que aun muchos de los veteranos no han visto su tercera película estrenada. Este impulso a los nuevos largometrajes es el que permitirá ver la variedad que ha faltado en la muestra colombiana de festivales anteriores y pensar que Cartagena es la única vitrina podría ser, en el mejor de los casos, miopía por parte de los productores, que cada vez tienen más festivales (inclusive en Colombia) en donde pueden presentar sus obras a concurso.
Un abrazo.
Hay tanta ambición, egoísmo y mezquindad en el casi impenetrable circuito de los arcaicos especímenes dueños del supuesto saber de la tribu al interior del campo humanista, que hasta un curtido banquero se vanagloriaría de sus escrúpulos si compartiera la mesa con uno de estos individuos. Cerrados en sus convicciones como si estas fueran viejas tablas de la verdad siguen, anquilosados y sin afán, las coordenadas de un mundo que favorece o no contradice sus propias limitaciones artísticas. Se resguardan en un prestigio rancio, en cátedras en las que se expele sectarismo y ortodoxia, en instituciones burocratizadas que reproducen las mismas estructuras de poder. Por eso la sospecha con los que ingresan en el medio, con los que como ese caleño que firmó la inteligente e instintiva El vuelco del cangrejo desafían un modo de entender la narración, la puesta en escena, la forma predeterminada de entender el mundo. Ellos lo saben, y por eso la resistencia, en muchos principiantes y sus instantes molotov hay un rigor: el de la búsqueda. Y eso derrumba cosas.
Caramba, cómo somos de intolerantes en este medio! Crear una tormenta en un vaso de agua se queda chiquito ante las actitudes críticas, envidiosas y poco objetivas que veo en lo que acaban de escribir en este blog. Me da hasta pena ajena intentar responder a nombre de Lisandro y de los "veteranos" que hemos visto crecer este medio de la NADA a lo que es hoy en día. Un país donde no se respeta a nadie después de los 40 años, está predestinado a fracasar en la mediocridad que vemos a diario donde la inmediatez, lo banal y lo fatuo es lo más importante. A mi personalmente me vale un pepino lo que hagan en el festival de Cartagena o en cualquier otro del mundo y siempre los he despreciado desde que he tenido uso de razón y los he catalogado al lado de los reinados de belleza por su inutilidad y frivolidad. Sólo crítico a Lisandro por darle valor a algo que verdaderamente no tiene ninguna importancia, fuera del hecho que ahora van a dar premios en dólares a los ganadores y eso SI tiene importancia para aquellos que sólo piensan en valores materiales.
Creo que la discusión no debería ser entre los veteranos y los jóvenes, si no más bien entre el cine de calidad y el que no la tiene. Yo personalmente respeto mucho a la gran mayoría de los veteranos y a algunos de los más jóvenes. Lo importante en este caso es que en Colombia la veteranía no está dada necesariamente por el número de películas, pues grandes directores como Ospina y Gaviria tienen muy pocos largometrajes en su currículum. Lo importante es que el festival haga realmente un filtro que en el pasado ha omitido algunas veces.
Jerónimo Rivera
www.jeronimorivera.com
No creo que sea un caso de omisión, sino de una cruel realidad del cine latinoamericano y su falta de continuidad. Si el año pasado 9 de las 10 películas colombianas exhibidas fueron rotundos fracasos económicos (incluyendo la costosa "Sin Tetas No Hay Paraíso") y en Argentina 83 de las más de 100 del año no lograron ni siquiera sobrepasar la mediocre cifra de los 10.000 espectadores c/u, se derrumba cualquier discusión bizantina sobre calidad o la ausencia de la misma. Desafortunadamente el cine necesita -más que cualquier otra cosa, incluyendo los festivales- buena financiación y el éxito comercial para sobrevivir. Por eso, en algún momento alguién opinó que hoy en día casi todas las "operas primas" son en realidad dos películas en una: la primera y la última...
Lisandro Duque comenta en su facebook: http://www.facebook.com/?tid=1585571600965&sk=messages#!/notes/lisandro-duque-naranjo/por-unos-dolares-mas/124903557582165
En su blog "La Pajarera del Medio", Pedro Adrián Zuluaga me atribuye un equivocado sentido del cálculo económico, al decir que me atrae la cifra de 25 mil dólares que se le otorgará a la película colombiana ganadora en la sección “Colombia 100%” del Festival de Cine de Cartagena.
La realidad es otra, Pedro Adrián: como en esa sección yo solo podría participar con mi sexta película, cuyo guion no he empezado a escribir todavía –razón por la cual, y si lo empezara a escribir mañana, la copia la tendría lista en 2014–, mi expectativa es por la suma de dólares que de aquí a esa fecha, y si para entonces logro vencer al resto de competidores, se le asigne a la película ganadora. Que espero no sean los mismos 25 mil de este año, pues a futuro esa moneda estará más devaluada que ahora. De hecho estoy cruzando los dedos para que la bolsa sea siquiera del doble, para que se justifique mi espera y mi paciencia.
Lisandro Duque Naranjo.
Claro que lo que digo en mi comentario es lo siguiente: "cuando se entera de las cifras en disputa para la competencia de películas colombianas, donde un nuevo filme suyo cabría, parece demostrar claramente qué es lo que tan aguerridamente defiende Lisandro". Uso, como se ve, el verbo "cabría", en condicional simple o pospretérito. Y que ojalá se cumpla.
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