La inclusión de la fundadora y fundamental Chircales dentro del programa Fórum que la distribuidora Mutokino presenta esta semana en la Cinemateca Distrital (y próximamente en otras ciudades del país), es un gesto que traza una línea de continuidad entre la familia Castañeda, protagonista del documental de Marta Rodríguez y Jorge Silva, y los errantes personajes de las otras películas del ciclo. Aquí recupero este texto sobre Chircales escrito para una maleta de cine colombiano del Ministerio de Cultura.
Chircales (1967-1972) es el símbolo del cine
político colombiano que empezó a realizarse a partir de los años sesenta, en un
contexto exaltado por las luchas revolucionarias y la cultura de izquierda.
Contrario a otros documentales colombianos y latinoamericanos que participaron
de esa misma tendencia, este trabajo de Marta Rodríguez y Jorge Silva rehúsa convertirse en simple ilustración de
problemas sociales o en el vehículo de una ideología previamente establecida.
Aunque los directores asumen una posición muy clara frente a la realidad que
plantean, que no excluye la necesidad de la participación política, lo hacen
después de un largo proceso de convivencia con una comunidad de ladrilleros del sur de Bogotá y la
familia protagonista.
Rodríguez mezcló su formación de antropóloga
con estudios al lado de Jean Rouch en Francia, mientras Silva fue un
autodidacta con una asombrosa capacidad de captar a través del lente de su
cámara, la dolida pero no por eso menos hermosa condición humana de sus
documentados. Este último fue capaz de componer planos de una inusual belleza
que recuerdan por momentos el aliento épico del cine soviético de los años
veinte o la fotografía del mexicano Gabriel Figueroa.
Chircales combina
entonces la calidad de la mirada estética de Silva con el rigor de los métodos
antropológicos de Rodríguez para dar como resultado un filme que a pesar del
esquematismo de la voz en off que funge como narradora y conciencia del
documental, sobrepasa ampliamente su carácter político coyuntural.
Por el contrario, Chircales se puede ver
como un modelo de análisis de una realidad dada, donde las pretensiones
científicas de las disciplinas sociales no están disociadas de la poesía de la
vida cotidiana. Así, la voz en off omnisciente que enumera, clasifica y ofrece
datos, se ve complementada o incluso superada por la mucho más compleja voz de
los propios protagonistas, que evalúan, en sus propios términos, su condición
de explotación, sin demostrarse aún preparados para intentar un cambio
estructural en sus vidas. Y a quienes vemos en sus pequeños rituales de
supervivencia y comunión.
El filme es producto de una necesidad de
expresión de las luchas populares –en el estado embrionario en que se
encontraban en ese momento– en un país cuyas alternativas políticas de cambio
se vieron una y otra vez neutralizadas por las clases tradicionales en el
poder, depositarias a su vez de unos intereses ideológicos y económicos.
Chircales fue realizada en 16 mm. y circuló ampliamente en un circuito
alternativo de exhibición compuesto por universidades, sindicatos y
organizaciones barriales. Por fuera del país fue inmediatamente celebrada como
un ícono de las posibilidades del cine comprometido. Y aún hoy lo sigue
siendo.
Ver el programa completo:
2 comentarios:
h0b40s6a91 j4r45t4d47 x8f40l9v28 l2h82y8j79 z4k34r0b99 y3r19s9z21
high replica bags f82 p7s70q3h37 replica ysl m51 d3c21m2w95 gucci replica bags l06 u8o49i6q44
Publicar un comentario