miércoles, 16 de febrero de 2011

"El cine debe serle útil a los hombres": Carlos César Arbeláez, director de Los colores de la montaña


Los colores de la montaña, ganadora del premio Kutxa Nuevos Directores del 58 Festival Internacional de Cine de San Sebastián en 2010, será la película de inauguración del próximo Festival de Cartagena -24 de febrero al 3 de marzo-. Su estreno en salas nacionales está previsto para el 11 de marzo. Como preámbulo, Pajarera del medio publica las reflexiones personales del realizador antioqueño Carlos César Arbeláez acerca del rodaje de este filme sobre el fin de la infancia (pero con una fuerte inscripción social y documental), sus influencias y la confianza en un cine que logre comunicarse con el público y sea "útil a los hombres"
 

Una reflexión desde el sentimiento

Por Carlos César Arbeláez

Los colores de la montaña, comenzó como una pequeña idea, casi como una imagen: un niño campesino que quería saber qué había detrás de una montaña… A medida que trabajamos las muchas versiones de guión, y por el tono casi documental en que está narrada esta película, poco a poco la difícil realidad colombiana actual se fue instalando en la historia.


Sin embargo, no he realizado un filme que pretenda explicar el complejo conflicto armado colombiano o la realidad política de mi país. Me he centrado, sobre todo, en el drama de la población civil, una película más humana y en cierta manera para un público más universal. En Los colores de la montaña, no importa tanto que hace uno u otro grupo armado en la vereda La Pradera, ya que la atención está en el drama secreto y sicológico de sus protagonistas.

Escogí el punto de vista de los niños porque me da una oportunidad de crear un vivo contraste con el mundo irracional y absurdo de los mayores. Y este contraste, me ha permitido dejar mucha violencia “fuera de cuadro”, sugerida, por ejemplo, a través de los sonidos, de los silencios, lo que sin duda la hace más efectiva que mostrarla de una forma explícita.


La película fue rodada en la provincia de Antioquia, ubicada en la zona andina de Colombia. Allí las montañas -verdes y enormes- han moldeado la cultura de esta región. Podría decirse que Los colores de la montaña es una reflexión, de una parte de la violenta realidad colombiana, desde el sentimiento, desde la perspectiva de la infancia. El balón de fútbol sobre el campo minado -un leitmotiv a lo largo del filme- es al mismo tiempo un símbolo de nuestra dura y absurda realidad, que a la vez tiene resonancias universales.

Pero también es cierto que por más trágica que sea la realidad de los niños, ellos siempre están dispuestos a defender el juego y la risa como parte fundamental de sus vidas. La infancia es, sin duda, la época de la amistad, la edad donde uno realmente consigue amigos. ¡Basta jugar un partido de fútbol para tener una docena o más…! El tema de la infancia es un tema recurrente en el cine, al que el celuloide vuelve cada cierto tiempo quizás con el ánimo de renovar miradas, una especie de volver a empezar o si se quiere como una necesidad de poder creer de nuevo.

Esta película tiene influencias del cine iraní. Es verdad como dice Truffaut, que los niños traen casi automáticamente la poesía, y el cine iraní está lleno de poesía, siempre utilizando un lenguaje sencillo y directo… También tiene la influencia de otras películas y otros directores: Adiós los niños de Louis Malle, Simón el Mago del director colombiano Víctor Gaviria…

Hemos hecho una mínima intervención artística a los escenarios naturales del Municipio de Jardín (Antioquia), lugar que decidimos como locación. Para el casting – que nos llevó más de dos años - hemos escogido actores naturales o actores no profesionales, la mayoría de la región, porque queríamos subrayar la sensación de realidad como propuesta estética. Aunque el paisaje es muy importante en esta historia no quisimos hacer una película “paisajista”, llena de color y hermosos “cuadros” fotográficos. Los colores de la montaña los hemos ido “apagando” poco a poco hacia el final del filme, como la existencia de estas vidas pequeñas.

Dudo que una película sea capaz de cumplir una función social, en el sentido de poder cambiar sensiblemente la realidad de una sociedad, una comunidad o un país. Pero como dice el cineasta Wim Wenders, el cine debería intentar una y otra vez “serle útil a los hombres”.

Ver trailer:


5 comentarios:

Federico dijo...

El guion que quisiera ver publicado es el de "los viajes del viento", no aparece la opcion a la derecha.

Anónimo dijo...

Gracias por la gran información! Yo no habría descubierto esto de otra manera!

Anónimo dijo...

Tristemente el cine nunca le ha sido realmente "útil" a los hombres (mucho menos a las mujeres). Si el fundamento del cine se basara en su utilidad, más valdría poner esa platica en otro lado...

Anónimo dijo...

Jajaja, qué bueno el comentario anterior.

A mi todo esto me huele a pose, proveniente de un director, y de un cine colombiano en general, con gran capacidad de sarcasmo

Anónimo dijo...

aca hay un texto sobre la peli
http://elcallejondelaluz.wordpress.com/2011/03/28/ninos-que-juegan-en-un-verde-paisaje%E2%80%A6-y-la-violencia/