sábado, 25 de mayo de 2013

Diario de Cuenca: "El gato escaldado le teme a la piel fría"

Otra vez en un festival de cine, buscando el túnel de acceso a un tiempo mágico suspendido entre dos rutinas. Pronto, ese vacío que el turista quiere evitar a cualquier precio, se llenará con la promesa de películas, encuentros, discusiones, intercambios y altercados, casi siempre programados o al menos previsibles.

Estoy en Cuenca, una ciudad del sur de Ecuador, muy cerca de la frontera con Perú, famosa por su centro histórico y llamativa porque, en los últimos años, según he leído, se ha llenado de ancianos extranjeros que la han escogico como su lugar de retiro. Aunque el clima no es muy benigno, como corresponde a una ciudad a 2500 metros de altura, al parecer se vive bien y barato. Así que tarde o temprano habré de encontrarme, en los próximos días, con alguna versión andina del "camino de los ingleses".

Hago parte de una delegación colombiana que "representa" al cine nacional, invitado especial al festival internacional de cine de Cuenca. En menos de una hora, un carro oficial del evento nos llevará al auditorio del Banco Central, donde se cumplirá la ceremonia de apertura, con la película colombiana El viaje del acordeón, de Reinaldo Sagbini y el director inglés Andrew Tucker, quien hace parte de la delegación. También nos acompaña el grupo musical de Carlos Mario Zabaleta, que tocará vallenatos. 

Carlos Mario Zabaleta y su grupo.



Nuestra llegada a Quito anoche, coincidió con los actos de posesión de Rafael Correa para su tercer periodo presidencial. Por lo que se vio en los extensos informes de los noticieros y lo que nos confirmó el embajador de Colombia en Ecuador, Ricardo Lozano, la toma de posesión estuvo cargada de gestos simbólicos: el extenso discurso de la presidenta de la Asamblea, Gabriela Rivadeneira, la entrega de la banda presidencial a Correa por parte de una niña con síndrome de Down, las alusiones al líder nacionalista y liberal Eloy Alfaro, y la retórica de los derechos humanos, la lucha contra la pobreza, la soberanía y el ataque frontal a los medios. Un discurso humanista, anticolonial, antiexclusionista, que, sin embargo, no es posible dejar de mirar con reserva, porque al lado acechan sutiles y abiertos gestos de desconfianza frente a la democracia y las instituciones.

Puestos en esta tónica, es muy probable que en pocos minutos tengamos más de lo mismo: un aburrido performance de identidad colombiana, donde no ha de faltar la proclama patriotera. Pero tengo la esperanza de no ceder a ningún tipo de nostalgia. En cualquier caso, si hubiese necesidad de algo conocido y seguro, el cine parece ser una patria menos infame. O eso, al menos, queremos creer, en contra de las evidencias.

ps. En el aeropuerto de Quito, mientras esperábamos la llamada a abordar, el actor colombiano Álvaro Rodríguez recordó un proyecto sobre Campo Elías Delgado en el cual él participó hace varios años y que nunca llegó a estrenarse (Satanás, la opera prima de Andrés Baiz, se le anticipó). Según Rodríguez, a quien todos llaman o quieren llamar "Alvarito", Campo Elías, el asesino de Pozzetto, mientras se preparaba para la masacre de esa noche trágica bogotana de los años ochenta, había escrito en una servilleta en inglés, español y francés: "El gato escaldado le teme a la piel fría". Ese era el nombre de la película que nunca se terminó.

Página web del festival: 
http://www.ficc.ec/

Ver trailer de El viaje del acordeón: